Cuánto echo de menos esas risas...

Cuánto echo de menos esas risas, esos gritos, esas caritas …
Cuánto echo de menos ese sol, ese aire, esas montañas…
Cuánto echo de menos esas gentes, sus miradas, sus saludos…
Cómo extraño esos desayunos en el patio, esas coladas colectivas, esas tertulias nocturas…

Desde mi confortable casa francesa, no pasa un sólo día en el que mi pensamiento no vaganbudee por aquellas tierras, no se pierda en aquellos recuerdos, no se regodee en esos momentos tan intensos que viví con ellos…
… ellos…esas criaturitas maravillosas, que a pesar de esos pasados tan cortos y ya tan pesados y cargados de historias, conservan la sonrisa y ese brillo en los ojos de la infancia, tal vez ya no inocente, pero infancia la fin y al cabo…

Esa timidez del principio, que con el tiempo se convierte en complicidad… esa confianza que se instala, que se va ganando centímetro a centímetro… los momentos de cosquillas, de juegos y de risas compartidas… y esa desgarradora despedida, con la promesa de volver un día…

Tantas cosas vividas, tantos sentimientos…

...cuánto os echo de menos...